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Endeudados: esclavos modernos

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El sociólogo polaco Zygmunt Bauman explicó en una parte de su obra la mutación que se ha producido en el mundo a nivel socioeconómico, y que ha llevado a configurar una sociedad compuesta en su mayoría por los esclavos modernos, a los que él denomino la raza de deudores.

La causa de la aparición de los esclavos modernos es el surgimiento de la sociedad de consumo.

Antes del surgimiento de la sociedad de consumo, el ahorro y el rendimiento de trabajo eran pilares fundamentales en toda economía familiar. Si alguien deseaba algo, trabajaba e intentaba ahorrar para conseguirlo. Si alcanzaba esa meta de ahorro y aun lo ansiaba se lo compraba; si no lograba ahorrar lo suficiente, reprimía el deseo.

Con la aparición de la producción en cadena a principios del siglo XX, las empresas consiguieron producir muchas más rápido, con lo que lograron reducir el coste por unidad producida. Esa bajada de precio consiguió que mas personas pudieran acceder a la compra de lo que se producía. Sin embargo, el nivel de ventas no era suficiente como para cubrir toda la producción.

Para dar salida a ese excedente de bienes y servicios, se empezó a potenciar el consumo, pero muchas personas todavía no podían acceder a ellos porque no eran capaces de ahorrar lo suficiente.

Es en ese momento, cuando la deuda, los prestamos y el crédito adquieren todo su protagonismo con el fin de facilitar el acceso a la compra. Surge así la sociedad de consumo, y se pasa del ahorro para comprar un bien o servicio al endeudamiento para obtenerlo lo antes posible.

La aparición de los esclavos modernos

La aparición de la sociedad del consumo unida a nuestra naturaleza cortoplacista trae consigo el surgimiento de los esclavos modernos. Al esclavo moderno se le incita a adquirir deuda, cuanto más mejor. Se le crea una falsa necesidad y se le ofrece un producto capaz de satisfacerla y, a continuación, se le vuelve a crear otra falsa necesidad, y así hasta el infinito. Si su economía no le permite adquirir productos que satisfagan sus nuevas necesidades, se crea en él un sentimiento de escasez que es resuelto mediante la perversa formula “compre ahora y pague después”. A través del crédito y la deuda el esclavo moderno reduce al mínimo el tiempo entre la aparición del deseo y su satisfacción.

De esta manera es como se configura una nueva sociedad formada por los esclavos del siglo XXI. Personas que viven para devolver el dinero que le han prestado y que suele ser una cantidad bastante superior a la prestada debido a los intereses, a menudo desmesurados, que se generan. Individuos que, tras cumplir con su jornada laboral, sacrifican su tiempo libre para realizar trabajos alternativos, o que hacen grandes cantidades de horas extras para poder pagar las deudas que van adquiriendo por comprar cosas que no necesitan pero que creen que necesitan.

Sal de la jaula del consumo

No podemos ver físicamente los barrotes de la jaula del consumo  ya que son imperceptibles al ojo humano. Sin embargo, hoy en día son muchos los endeudados que sienten esa sensación de no encontrar una salida a sus problemas financieros. Frustrados e impotentes ven como a duras penas llegan a final de mes a pesar de trabajar como burros.

Para salir de la trampa de la deuda hay que:

  1. Ser consciente de que la deuda te esta robando libertad: Si no ves el problema difícilmente buscaras la solución. Darte cuenta de que las deudas restringen tu libertad te dará la motivación necesaria para mantenerte enfocado en alejarte de ellas.
  2. Amortizar toda la deuda que tengas: Mas que a la hipoteca, me refiero a los créditos al consumo, las deudas de tarjetas de crédito y los prestamos personales. Es deuda que adquirimos para comprar coches, regalos, viajes,… Éstos son créditos rápidos y fáciles de obtener que, por lo general, tienen unos intereses, en muchos casos, desorbitados. Cuanto antes amortices, menos intereses pagaras. Establece un plan para salir de este tipo de deudas lo antes posible.
  3. Tener un fondo de emergencia: Tienes que ahorrar para construir un fondo de emergencia que te permita cubrirte ante un evento inesperado. Lo normal es tener el equivalente a entre 3 y 6 meses de salario. Una grave avería en tu coche, o una enfermedad repentina de un familiar pueden llevarte a tener que pedir un préstamo si no tienes un colchón financiero.
  4. No volver jamas a pedir prestado: Una vez que te das cuenta de que adquirir deuda limita tu libertad, sera más fácil evitar caer en la tentación de comprar bienes y servicios mediante el crédito y los prestamos. Si deseas intensamente algo que valga una suma considerable de dinero, espera una semana, si después de esa semana lo sigues anhelando con la misma intensidad, entonces compralo, pero solo si dispones del dinero para adquirirlo y además tienes un fondo de emergencia. Si no dispones ni de esa cantidad monetaria ni del fondo, ahorra y posterga el deseo.

Si logras llevar a cabo estos 4 consejos de manera eficaz sentirás que paulatinamente abandonas esos barrotes invisibles de la jaula del consumo y percibirás que eres más libre. Comprobarás que tu nivel de satisfacción en la vida a nivel financiero aumentará positivamente. Dejarás de ser esclavo de la deuda y en su lugar aparecerá en tu vida una mayor tranquilidad financiera.

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2 pensamientos en “Endeudados: esclavos modernos

  1. Pedro

    Buenos días,
    Encontré esta entrada por casualidad y me identifico con ella. Además veo que somos de la ‘cosecha de 1977’, con lo cual aún más me identifico puesto que estamos en la misma etapa vital.
    Aún no he visto a profundidad tu blog, pero prometo hacerlo, ya que estos temas me interesan.
    Soy el típico personaje que vivió gran parte de su vida sin educación financiera, hasta que algún hecho determinado lo obligó a aprender.
    Comencé a leer e intentar aprender sobre esto en el peor momento de la crisis, entre 2010 y 2012. Principalmente sobre el tema de deudas, inversiones y libertad financiera. En ese momento lo peor que tenía era la hipoteca por un piso que compré en 2008 y cuyo valor cayó a la mitad de la deuda tras la caída de los precios de los inmuebles.

    Para intentar resumir, Mi mayor lastre es la deuda, que corresponde aproximadamente a 2,2 veces mi ‘PIB anual’ (3 veces mi PI neto). O sea, para pagarlas por completo, tendría que dedicar mis ingresos de 3 años sin gastar un solo euro en otra cosa.
    Dentro de este panorama, hay algunas cosas menos malas:
    1) El 56% de la deuda corresponde a la hipoteca de ese piso, que al menos me genera una entrada mensual (alquiler) que, si bien no compensa por completo el gasto que supone, me da alguna ventaja en el IRPF al tener un rendimiento neto negativo. Y es además la deuda con el interés más bajo (euribor +0,5).
    2) por suerte tengo trabajo estable, con buen sueldo (toco madera).

    El resto de la deuda (44%) es consecuencia de un negocio familiar fallido. Tiene un interés medio del 6% anual (digo interés medio, porque son varias deudas por ese motivo).
    Hace aproximadamente 1 año y medio tuve que desinvertir para hacer frente a unos gastos adicionales a cuenta de ese negocio y me quedé bastante tocado, sin inversiones y con un fondo de emergencias muy justo.
    También yo mismo me perjudiqué tomando otras malas decisiones: durante un tiempo me dio por engancharme a apuestas deportivas, lo cual me jodió aún más. Afortunadamente llevo ya unos 9 meses alejado de eso.
    No está siendo fácil recomponer esto, ni económica, ni emocionalmente.
    Sin embargo al menos tengo un plan que, de cumplirlo, me permitiría liberarme de las deudas por el negocio a inicios de 2024. Y En ese punto, probablemente la deuda de la hipoteca ya coincida con lo que podría pedir por la venta del piso, con lo cual espero que como mucho en 2025 pueda estar por completo libre de ese lastre.
    A partir de ahí, ya con casi 48 tacos, dedicar el fruto de mi esfuerzo a mi mismo.
    Es triste, porque estamos hablando de 5-6 años de esfuerzo solo para salir de esto pero, es lo que hay.

    El plan también contempla recomponer el fondo de emergencias (ya tengo cubiertos 2 meses de gastos) y algo de inversión (he vuelto a comenzar con fondos de inversión, con aportaciones mensuales que es como me gusta hacerlo, aunque de momento cantidades más pequeñas de lo que aportaba antes de todo esto). Y un plan de pensiones que tenia desde hace tiempo, que ya se que no es la mejor inversión posible pero al menos permite meter algo al saco y la alegría cortoplacista de rebajar mi factura fiscal.

    Pues nada, perdona el tostón, me has servido como un psicólogo XD
    Enhorabuena por tu blog, lo seguiré leyendo.

    Responder
    1. Víctor Autor

      Hola Pedro,

      Muchas gracias por exponer tu caso. Debe ser frustrarte ver como tu piso en 2 o 3 años baja a la mitad de valor. Tengo amigos y conocidos a los que les ocurrió lo mismo, entre 2005-2008 nuestra quinta estaba en edad de comprar piso.

      Lo más importante es que ahora tienes un plan definido y por tus palabras me da la sensación de que estás bastante motivado para cumplirlo.
      Mucho ánimo Pedro, seguro que revertirás tu situación.

      Un abrazo grande!!

      Responder

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