ceencias falsas de la felicidad

Las 4 creencias falsas de la felicidad

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“Comprende tu oscuridad, y ésta se desvanecerá; entonces sabrás lo que es la luz. Comprende tu pesadilla como tal pesadilla, y esta cesará; entonces despertarás a la realidad. Comprende tus falsas creencias, y estás perderán fuerza; entonces conocerás el sabor de la felicidad.” Anthony De Mello

Mira alrededor tuyo y trata de encontrar a una sola persona que sea plenamente feliz: sin miedos, libre de inseguridades, ansiedades, tensiones o preocupaciones. Encontrar una persona así será casi tan difícil como encontrar una aguja en un pajar. Si observamos detenidamente la sociedad en la que vivimos nos daremos cuenta que hay mucha infelicidad. Pero, ¿cuáles son las causas de tanta infelicidad?.

Anthony De Mello, uno de los autores espirituales más destacados del siglo XX, dice que las causas por las que las personas no son felices no son ni la soledad, ni las guerras, ni el odio. La única causa de tanta infelicidad, son las falsas creencias que albergamos en nuestras mentes. Creencias tan arraigadas que las damos por supuestas y que ni por asomo se nos ocurre ponerlas en entredicho.

Pero antes de desgranar las 4 creencias falsas que nos apartan de la felicidad, es necesario que te cuente algo que probablemente te resulte sorprendente: Estamos programados 🙁

Estamos programados para no ser felices

Esto que te voy a decir quizás te resulte inaudito. Puede que incluso hasta te siente mal. Pero la realidad es que tu y yo, por el mero hecho de tener un cerebro, estamos programados.

Nuestra sociedad, nuestra cultura, la educación recibida o nuestras experiencias pasadas nos han enseñado toda una serie de supuestos sobre cómo debe ser el mundo, cómo debemos ser nosotros y qué es lo que debemos desear.

Desde muy pequeños nuestro cerebro recibe continuamente información y, poco a poco, se van instalando en nuestras mentes una serie de programas que nos dicen como tenemos qué ser y a qué debemos aspirar si queremos una vida de éxito.

Debido a esta programación, hemos construido nuestras vidas sobre la creencia de que sin ciertas cosas como poder, fama, reconocimiento laboral o triunfo social, no podemos ser felices. Nuestra obsesión por alcanzarlas es tal que llegamos al punto de que nos da igual como las logremos. Aunque el camino sea un suplicio, aunque tengamos que dar la espalda a lo que nos dicta nuestro corazón, aunque nos pasemos toda la vida sufriendo y peleando por conseguirlas, el fin justificará los medios.

Nuestra programación nos genera mucho dolor y es la causa de nuestra infelicidad. La buena noticia es que al contrario de un ordenador, que necesita del programador para desinstalar sus programas, nosotros podemos darnos cuenta de que programas nos hacen daño y desinstalarlos.

Prepárate para lo que viene a continuación porque, aunque no voy a explicar nada que no se haya explicado antes, vamos a desarrollar ideas milenarias muy potentes que si las integramos tienen el potencial de cambiar vidas.

Si no estás encerrado contra tu voluntad, tienes ropa para vestirte, comida en la mesa, un techo sobre el que cobijarte y, aún así, te sientes infeliz, lee detenidamente este artículo, porque es probable que la causa de tu infelicidad provenga de tu programación, que ha dado por ciertas alguna o varias de las siguientes falsas creencias.

1- Ahora me falta algo para ser feliz

Falso.

Si miras a tu alrededor y echas un vistazo, comprobarás que la mayoría de las personas estamos descontentos con algo. Pregúntale al que tiene poco y te dirá que le falta algo para ser feliz. Pregúntale al que tiene mucho y te dirá exactamente lo mismo.

A todos nos falta algo para ser felices: una casa más grande, un coche más potente, que me toque la lotería, un ascenso en el trabajo, que cierta persona me quiera, ganar más dinero… Tengamos lo que tengamos, casi nadie está satisfecho con lo que tiene.

Anthony De Mello nos dice que la razón por la que no somos felices es porque en lugar de estar agradecidos por lo que tenemos en cada momento, estamos continuamente pensando en lo que no tenemos.

Numerosos estudios han demostrado que realizar un ejercicio tan simple como escribir por las noches una lista diaria de 3 cosas que nos han pasado durante el día por las cuales estamos agradecidos, aumenta los niveles de bienestar y felicidad de los individuos.

La magia de este ejercicio es que poco a poco vamos descubriendo que tenemos más cosas de las que pensábamos. Aunque creamos que no, hay infinidad de cosas por las que estar agradecido, como por ejemplo: que nos hemos duchado con agua caliente, que hemos tenido los suficientes alimentos en la mesa, que hemos disfrutado de un tiempo de calidad con un ser querido,…

Cuando somos agradecidos desarrollamos una mente que se enfoca en lo que tenemos y no en lo que nos falta, nos volvemos más positivos y, en consecuencia, somos más felices.

2- La felicidad es cosa del futuro

También falso.

La preocupación por alcanzar aquello que creemos que nos hará felices en el futuro es tanta, que dejamos de prestar atención al único momento en que en realidad podemos ser felices, el presente.

Observa la vida de casi cualquier persona y verás que casi siempre se repite el mismo patrón:

Cuando somos adolescentes, pensamos que seremos felices cuando alcancemos la mayoría de edad, ya que tendremos la libertad para hacer aquellas cosas solo reservadas para los adultos.

Cuando somos mayores de edad, pensamos que seremos felices cuando empecemos a ganar dinero, ya que tendremos la capacidad de comprar aquellas cosas que nos dan estatus social: coche, ropa de marca, móviles de última generación,..

Luego creemos que seremos felices cuando tengamos un piso y formemos una familia.

Mas tarde, consideramos que cuando nos jubilemos será el momento en el que alcancemos la felicidad.

Finalmente, en el lecho de nuestra muerte, en un momento de claridad mental, es cuando descubrimos una terrible verdad: la felicidad estuvo delante de nuestras narices todo el tiempo y no nos dimos cuenta.

Marco Aurelio dijo la siguiente gran verdad: “El hombre vive sólo en el presente, en este instante fugaz; todo el resto de la vida ya se ha ido o aún no se ha revelado.”

La felicidad no está en el futuro, la felicidad está aquí y ahora.  La idea de que la felicidad se encuentra en un futuro, lo único que hace es alejarnos más de ella. Así que dejemos de pensar que cuando cambien las cosas o cuando consigamos ciertos objetivos seremos felices.

Para ser felices tenemos que vivir el presente. Si hay algo que podemos hacer ahora con respecto a nuestro futuro, lo hacemos, pero sin olvidarnos que la felicidad es un sentimiento interno que podemos sentir aquí y ahora.

3- La felicidad llegará cuando cambie la percepción que los demás tienen sobre mí

Completamente falso.

Como hemos dicho anteriormente, nuestra sociedad, nuestra cultura,.. ha creado, formado y moldeado nuestra programación mental, la cual nos dice, entre otras cosas, que para ser felices debemos conseguir el reconocimiento de los demás.

No ser valorados por la sociedad nos perturba y nos produce infelicidad. Es por ese motivo que podemos ver cantidades ingentes de personas buscando desesperadamente valoración exterior. Muchos miden su valor por la opinión que tienen otros sobre ellos y por eso se pasan la vida intentando agradar a los demás.

El triunfo social se convierte en el centro de la vida de muchas personas. Es chocante, pero la mayoría de personas preferimos dedicarnos a hacer cosas para conseguir aceptación social y demostrar nuestra valía, que a hacer cosas que nos dan alegría y que nos atrae hacer.

No sabemos decir NO. Parece justificable dedicar toda una vida a hacer cosas que no nos gustan nada si ello nos ayuda a subir más alto en la escalera social. Es evidente que dedicar tiempo a aquello que nos apasiona o a aquello que está acorde con nuestros valores es la mejor manera de sentir felicidad, pero lo relegamos a un segundo plano.

¿Qué los demás me tienen que valorar bien porque sino no valgo?. Menuda falacia.

Si tan solo entendiésemos el poder que nos restamos cuando fingimos ser lo que no somos para caer bien a los demás. Si tan solo comprendiésemos que toda esa necesidad de ser bien valorados para ser felices es fruto de nuestra programación. Entonces nos elevaríamos por encima de nuestras limitaciones, dejaríamos de fingir para ganar aceptación, seriamos realmente nosotros mismos y, en consecuencia, aumentarían exponencialmente nuestros niveles de felicidad.

4- Si se cumplen todos mis deseos seré feliz

Rotundamente falso.

Busca una persona que no desee más de lo que ya tiene y tendrás suerte si encuentras una entre mil. Hoy queremos ropa más elegante que la que llevamos. Mañana desearemos un móvil de última generación, Después un coche más potente. Luego una segunda vivienda para ir de vacaciones.

Conforme vamos cumpliendo deseos van apareciendo otros nuevos. La razón es sencilla: tenemos en la cabeza una maquina de crear deseos y falsas necesidades.

Por eso podremos cumplir uno, varios o muchos deseos, pero cumplir todos es imposible. Porque una vez cumples con todos tus deseos, tu programación te estará esperando con una nueva lista de deseos que cumplir. Todo este proceso trae consigo una lucha encarnizada que no te deja energía para dedicarte a vivir y disfrutar plenamente de la vida.

Cuando nos damos cuenta de que verdaderamente es imposible cumplir con todos los deseos que aparecen en nuestra mente cambiamos nuestra programación. Entonces empezamos a entender la idea de que más no es mejor que suficiente y nos liberamos de ese bucle de tener que conseguir y conseguir en el que estamos atrapados y que no nos deja ser felices.

Reflexión final

Si queremos ser felices debemos estar dispuestos a desprendernos de estas falsas creencias que gobiernan nuestras mentes. Pero eso no es fácil, ya que tendremos que renunciar al mundo tal y como lo conocemos y al cual estamos excesivamente apegados. Me refiero a renunciar al mundo de los deseos, el poder, el prestigio, la aprobación social,… y a todos esos momentos fugaces de placer que proporcionan.

  • Comprende todos esos pensamientos que surgen de nuestra cabeza exigiéndonos que ahora nos falta algo para ser felices.
  • Advierte que la felicidad no está en el futuro sino que es un estado mental que podemos experimentar aquí y ahora.
  • Entiende que nunca podrás agradar a todas las personas que te rodean.
  • Y, por último, percibe que es inviable que todos nuestros deseos se cumplan porque aunque los consigamos, nuestra mente siempre se encargará de inventar otros nuevos.

Cuando te des cuenta del daño que te hacen estas 4 falsas creencias, empezará tu desprogramación y te acercarás a ese estado mental que tanto anhelamos los seres humanos: la felicidad.

Este artículo esta inspirado en uno de los libros que más han marcado mi vida “Una llamada al amor” de Anthony de Mello

 

 

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7 pensamientos en “Las 4 creencias falsas de la felicidad

    1. Víctor Autor

      Jajaja, No lo se, pero supongo que incluso Nadal tendrá algún enemigo.

      Un saludo Jose 🙂

      Responder
  1. Caco Martín

    Tan sencillo (en apariencia) que resulta para muchos difícil de creer y más todavía de hacer. 100% de acuerdo con lo que dices. Gracias por el artículo.

    Responder
    1. Víctor Autor

      Ideas sencillas y lógicas pero que son difíciles de aplicar.

      Gracias a ti por leerlo Caco 🙂

      Responder
  2. Jose Luis Rasero

    Gracias por tu artículo, me inspira para leer el libro. He estado leyendo sobre el estoicismo, y algo tiene en común respecto del desapego por lo material y la búsqueda de la felicidad a través de la austeridad y sencillez en las ideas.

    Responder
    1. Víctor Autor

      Gracias Jose Luis por tomarte tu tiempo en leer el artículo. A mi personalmente es un libro que me ha ayudado mucho. Me lo he leído varias veces y es un imprescindible en mi biblioteca.

      Responder

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